Es una enfermedad viral de los equinos que la contraen al ser infectados a través de picaduras de mosquitos. Las aves y roedores silvestres actúan como reservorio. Al ser una enfermedad zoonótica, las personas pueden infectarse.

En los últimos días en nuestro país se han producido brotes en equinos de las provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

Dentro de las encefalomielitis equinas existen tres variantes: Este, Oeste y Venezuela. En esta oportunidad, los brotes corresponden a la Encefalomielitis del oeste, enfermedad que se había presentado por última vez en el país en el año 1988. Aproximadamente entre el 20 y el 30% de los animales que se enferman, mueren. El resto puede recuperarse totalmente o quedar con secuelas.

En esta enfermedad los mosquitos actúan como vectores al picar aves silvestres infectadas y contagiando a equinos y seres humanos. El período de incubación de la enfermedad -es decir el tiempo que pasa desde la infección hasta que aparecen los signos clínicos- es de 5 a 14 días. La enfermedad no se transmite en forma directa de equinos a personas.

El SENASA está atento a la situación y se ocupa de implementar las medidas correspondientes cuando se sospecha y/o confirma la enfermedad.

En esta circunstancia se recomienda controlar la población de mosquito con repelentes/insecticidas autorizados, disminuir al mínimo posible los movimientos de equinos, evitar los eventos que impliquen concentraciones de equinos y vacunar a los mismos. Ante la presencia de equinos con sintomatología neurológica, cambios de conducta o comportamientos poco habituales, comunicarse con la oficina de SENASA más cercana.

En las personas la enfermedad presenta sintomatología inespecífica, leve en adultos. Los síntomas generalmente aparecen de manera abrupta y pueden ser fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, anorexia y malestar. Ocasionalmente se pueden observar signos respiratorios. La mayoría de los adultos se recupera completamente. La enfermedad puede ser grave en los niños, especialmente los menores de 1 año. Ante cualquier sospecha, consultar al médico.

Debido a la interacción de las personas, los animales y el ambiente, sería importante abordar esta enfermedad desde el enfoque UNA SALUD, siempre recordando que la prevención de las enfermedades, a través de la vacunación, en los animales, no solo redunda en un menor riesgo de enfermarse y en mejorar el bienestar animal, sino que se traduce en un beneficio para las personas.